
Básicamente, el término o definición de «statu quo» hace referencia a un estado o momento de las cosas, y que, mientras nada se haga, ese estado se mantiene.
En año de elecciones, se hace desesperadamente necesario e imperativo, que, en esta oportunidad, a pocos meses de elegir a nuevas autoridades, la sociedad chañaralina asuma una responsabilidad distinta a la de otros procesos eleccionarios.
Quiero decir con esto, que no nos podemos dar el lujo de elegir en esta oportunidad a ese denominado «mal menor» independiente de quien usted crea que sea, tampoco al que tenga el mejor slogan de campaña, ni mucho menos, a quien haga las promesas más soñadas y populistas que pudieran oír durante la campaña. La responsabilidad en esta oportunidad debe ir más allá, exigir un plan de gobierno local, que los debates sean sobre ideas y no sobre descalificaciones, que las propuestas tengan sustento, y que quien resulte electo, tiene que entender que su legitimidad como autoridad le fue conferida por todos los ciudadanos, y no por su círculo más cercano ni tampoco por su partido, porque el poder así como se le concedió, también se le podría quitar desde una ciudadanía organizada, sin necesidad de quemar un solo neumático, de romper una sola puerta, o de rayar una pared.
Chañaral no puede seguir esperando, y en este nuevo proceso, no se puede volver a hacer lo que ya se ha hecho una y otra vez, ni volver elegir a los mismos de siempre, romper el statu quo, significa que la comuna debe salir de ese estado de quietud, de calma y de letargo en el que lleva sometido demasiados años, y ese trabajo no puede quedar solo en manos de las autoridades, la responsabilidad de que ello ocurra depende también y en gran parte, de sus ciudadanos.
Mauricio Rivera Blanco
Lic. En CC. PP y Adm. Pública.